El antiguo espía ruso Alexander Litvinenko, quien estaba gravemente enfermo por los efectos de un veneno que le fue suministrado presuntamente el pasado 1 de noviembre, murió este jueves en una unidad de cuidados intensivos, dijo el Hospital de la Universidad de Londres.
Antes de morir, declaró en una entrevista al periódico británico The Times desdel el hospital: "Estos cabrones han acabado conmigo, pero no podrán con todos".
"Quiero sobrevivir, sólo para demostrárselo a ellos", señaló.
No podía mover sus miembros, y se notaba que estaba sufriendo grandes dolores.
Litvinenko, que ha criticado con dureza al Kremlin y a los servicios de seguridad rusos, pidió asilo político en Reino Unido en 2000.
El Servicio de Inteligencia Ruso negó ayer cualquier implicación en la muerte de su ex agente.
El Kremlin también calificó tales críticas de "absurdas".
Conectado a un respirador artificial
El miércoles por la noche, Litvinenko había sufrido un ataque cardíaco y se encontraba conectado a respiración artificial, según informó un amigo del ex agente del KGB, Alex Goldfarb.
La salud de Litvinenko, de 43 años, se había deteriorado a lo largo de la noche.
La investigación del supuesto envenenamiento está en manos de Scotland Yard, que lleva a cabo "extensas pesquisas" para establecer la causa de la enfermedad del ex agente, que había perdido el cabello y muy deteriorado su sistema inmunológico.
Investigaba la muerte de la periodista Anna Politkovskaya
El ex espía enfermó el pasado día 1 tras reunirse en secreto con Mario Scaramella, un profesor universitario italiano con buenos contactos en el mundo del espionaje, en un restaurante japonés en el centro de Londres, según la prensa británica.
Al parecer, Scaramella le facilitó nombres de las personas que podrían estar involucradas en el asesinato de la periodista rusa Anna Politkovskaya, que Litvinenko trataba de averiguar.
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